Búsqueda de la armonía perfecta entre vino y comida

Para disfrutar de un vino correctamente es importante saber cuándo es el mejor momento de abrirlo, a qué temperatura, si debemos decantarlo o no y, por supuesto, con qué alimentos acompañarlo.

El maridaje de vinos es complejo y no es una ciencia exacta. Existe una regla muy popularizada: “tinto con carne y blanco con pescado”. Sin embargo, esta sencilla enunciación no tiene en cuenta las salsas, las especias, ni siquiera el estilo del vino tinto o blanco. Afortunadamente, hay algunas potencias y directrices que nos pueden ayudar a maridar, pero lo más importante siempre es si te gusta o no.

Además, el maridaje de un vino suele funcionar siempre con los platos típicos de la zona de origen. Por ejemplo, Albariño y pulpo a feira o zamburiñas o Rioja con cordero asado.

También, se pueden contrastar los sabores del vino y la comida: por ejemplo, los vinos con mucha acidez maridan a la perfección con platos ricos en grasas; o el salado con el dulce combinan muy bien.

POTENCIAS

DULCE
Aumenta el Amargor.
Disminuye el dulzor.

SAL
Aumenta el cuerpo.
Disminuye la astringencia y acidez.

ÁCIDO
Aumenta el cuerpo y dulzor.
Disminuye la acidez.

AMARGO
Aumenta la sensación amarga.

UMAMI
Aumenta el amargor.
Disminuye el cuerpo.

PICANTE
Aumenta la sensación alcohólica
Disminuye  el cuerpo y dulzor.

Fuente: Spanish Wine Academy.